Argumento

En 1895, Freud sueña el conocido “Sueño de la inyección de Irma”, considerado por él mismo como paradigmático.1 Lacan, propone que la pregunta que lleva a Freud a tener ese sueño es ¿Cuál es la pertinencia de mi terapéutica de la neurosis?, situándola como un interrogante fundamental. Es una pregunta por el éxito del psicoanálisis en una atmósfera de resistencia y obstáculo, y es fundante: “Y detrás de todo ello está el Freud que sueña siendo un Freud que está buscando la clave del sueño. Por eso la clave del sueño debe ser lo mismo que la clave de la neurosis y la clave de la cura”.2 La clave es la naturaleza misma de lo simbólico.
Lacan vuelve sobre los pasos freudianos para formular que “no hay la menor esperanza de alcanzar lo real por la representación”,3 haciendo su apuesta por el síntoma.
Se pronuncia en Roma en tres oportunidades, en las que el par éxito-fracaso está presente. En 1953 plantea que el éxito de la ciencia a partir de “reducir lo simbólico a la función de herramienta para escindir lo real”4 implica una renuncia al conocimiento del ser.
Este planteo es retomado en 1967 en “El psicoanálisis. Razón de un fracaso”.5 Allí respondiendo al éxito de venta de sus Escritos, dice “es paradójico que yo me produzca frente a ella [la audiencia] a título de fracaso” y les da a estos destino de poubellication.
¿La razón de un fracaso es respuesta al imperativo de éxito, S1 amo de la civilización? Sabemos que con el título “Psicoanálisis-Razón de un fracaso” apuesta a la reformulación del estatuto del inconsciente y presenta para ello un elogio a Beckett y su ética del fracaso: se fracasa donde nadie más osa fracasar.6
Finalmente, en 1974, afirma que “el sentido del síntoma depende del porvenir de lo real; por lo tanto […], del éxito del psicoanálisis. Lo que le demandamos es que nos desembarace tanto de lo real cuanto del síntoma. Si es exitoso, si responde con éxito a esa demanda, puede esperarse cualquier cosa […], a saber, un retorno de la religión verdadera, por ejemplo, que no tiene aspecto de deteriorarse, como ustedes saben”.7

¿Qué se espera de un psicoanálisis?, es una pregunta que motorizó el trabajo de Freud
y de Lacan no sin el deseo del analista en el centro de la misma. El análisis del analista y el control surgen como respuesta a los tropiezos.
Hoy este interrogante nos interpela nuevamente frente al avance de otras prácticas terapéuticas, así como también frente al real desbocado por la combinación del discurso capitalista con el discurso de la ciencia, el imperativo del éxito, la exigencia de fundamentación científica, las nuevas presentaciones clínicas y el empuje a la despatologización.

Cómo… En 1977 Lacan ironiza sobre el éxito alcanzado por su persona8 al plantear su pregunta: “Sigo aún interrogando al psicoanálisis sobre el modo en que funciona
¿Cómo es posible que constituya una práctica que incluso algunas veces es eficaz?”9
El primer punto a considerar, entonces, será el cómo: cómo opera un psicoanálisis y qué hace que sus efectos terapéuticos lleven una marca que los diferencia de los efectos terapéuticos de otras prácticas. En ese sentido, cuatro son los ejes fundamentales que la especifican: el inconsciente, la transferencia, el síntoma y la interpretación. No sin una orientación: la de ubicar la relación del sujeto con su goce.
La clínica actual se encuentra marcada por el reloj del discurso capitalista, en el que el tiempo corre cual taxímetro: time is money. En una época en la que los tratamientos psicológicos se encuentran bajo la égida del mercado de la salud, se impone un ideal de eficacia que tiene como condiciones fundamentales la corta duración y el bajo costo. Eficacia que suele medirse con encuestas en las que el sujeto valora el estado post-tratamiento en una escala cuyo basamento científico es irrisorio.
Ya Freud invita a desconfiar del éxito terapéutico rápido, efecto de la sugestión, subrayando la importancia del trabajo de desmontaje de la transferencia, definiendo al manejo de la misma como la parte más difícil e importante de la transferencia analítica.10
Hay que decir que, en cierto sentido, la transferencia no es exclusiva del psicoanálisis, pero según su decir, “donde los enfermos no son tratados analíticamente se observan las máximas intensidades y las formas más indignas de la transferencia”.11 Apostamos,
entonces, a la dignidad de la transferencia.
Indica además que el trabajo analítico se descompone en dos fases: “en la primera, toda la libido es esforzada a pasar de los síntomas a la transferencia y concentrada ahí,
y en la segunda se libra batalla en torno de este nuevo objeto, y otra vez se libera de él a la libido”, situando los límites del éxito del análisis en la falta de movilidad de la libido y la rigidez del narcisismo.12 Frente a la pregunta por el éxito, anudada al interés por los finales, ubica que depende de tres factores: la etiología traumática, el factor cuantitativo de la intensidad pulsional y la alteración del yo por fijación de los mecanismos defensivos, que articula con la mezcla o desmezcla de Eros y Tánatos,13 además de la posición del analista.
En ese sentido, para Lacan “superar esta nueva neurosis artificial es suprimir la enfermedad engendrada por el tratamiento. Estos dos resultados van a la par y cuando se logran, nuestra tarea terapéutica está concluida”. Expresa así claramente que el fin de la cura y su éxito dependen de la posibilidad de resolver la neurosis de transferencia, destacando la importancia del manejo de la transferencia.14
Por lo tanto, la cuestión del síntoma es central en la clínica psicoanalítica de comienzo
a fin. Para tratarlo será necesario hacer existir el inconsciente, es decir, siguiendo la veta de Freud, ubicar un saber que se lee en la palabra. Es la elucubración de saber sobre los tropiezos, las equivocaciones, los actos fallidos que por ello devienen actos logrados. Pero no solamente, porque el problema es que si el desciframiento sólo apunta al sentido conduce a una infinitización. Entonces, es necesario circunscribir también lo que excede al significante, apuntando así al goce que queda por fuera del sentido. Son las dos dimensiones del inconsciente presentes en la experiencia analítica: una semántica –ligada a lo simbólico–
y la otra, asemántica –en relación a la pulsión y a lo real–. La lectura de la interpretación se hará en función de la resonancia entre lo que se dice y lo que se escucha, es decir, al dejarse llevar por lo que las palabras dicen pero fallando, equivocándolas. De ese modo, la interpretación es la herramienta que permite ubicar la falla entre significante y goce.

…tiene éxito… Según J.-A. Miller, éxito es un término que conviene a la ciencia,
no al psicoanálisis: “La religión es aquello con lo cual la sociedad asocia con frecuencia el término triunfo, la ciencia es aquello con lo cual la sociedad asocia con frecuencia el término éxito, y en cierto modo con el psicoanálisis va muy bien el término yerro”.15 Es a partir del yerro que podemos apostar a encontrar lo real, desde ese inconsciente un poco inarmónico que nos permite ir más allá de la poca realidad que es la de nuestro fantasma.16
Por su parte, Lacan ironiza sobre el éxito para situar que de lo que se trata es del querer alcanzar. Por un lado, ubica que se fracasa en la salida (exit) con el método de freudiano, aunque permitió delimitar el carozo del goce fálico, que el mismo Freud intuyó tempranamente como la verdad de la resistencia. Miller lo esclarece cuando ubica la resistencia como el complemento real del inconsciente17 devolviéndole así la dignidad política, clínica y epistémica. Esta inquietud freudiana es retomada por Lacan en la torsión que da a la luz lo “no sabido que sabe” {l’insu qui sait} que en francés suena equivoco con el fracaso {insucces}.18 Éxito, yerro y fracaso entran en una singular dialéctica.
Si bien se le pide al psicoanálisis que nos libre del síntoma y de lo real, lo real insiste, pues siempre quedará un resto, un carozo de goce que escapará a la lógica significante.
Es por ello que el psicoanálisis podrá tener “éxito”, pero éste dependerá de qué se haga con los restos, para no suturarlos con la falsa expectativa de que lo simbólico puede agotar lo real, sino, tenerlos en el horizonte para apuntar a que cada quien encuentre un saber hacer con ellos.
La conocida frase de Lacan “No soy quién vencerá, sino el discurso al cual sirvo”19 ubica su política y la de la Escuela articulada a la causa, y a los psicoanalistas al servicio de ésta. La Escuela, entonces, será exitosa si puede preservar en su centro ese real, que se constata, cada vez, en la práctica que sostenemos y en nuestra posición analizante.

… el psicoanálisis, hoy Lacan planteaba que el éxito del psicoanálisis está ligado al porvenir de lo real, y que éste puede desbocarse desde que tiene el apoyo del discurso científico.20 La extensión del discurso científico expande un nuevo cogito definido por J.A-Miller como “soy lo que digo”, que tapona al inconsciente. Surge allí la pregunta acerca de la posibilidad de la instalación de la transferencia, del sujeto supuesto saber en tiempos de destitución de una alteridad en el saber. ¿Cómo se las arregla el analista para introducir una pausa, un “hace falta tiempo”, en los tiempos que corren? En la época del Otro que no existe, de la caída de los grandes relatos, de la inconsistencia del Padre, allí donde lo que comanda no son los S1 del sujeto, sino los objetos plus de goce, entonces ¿cómo hacer existir al Otro y su suposición de saber –necesarios para la instalación de la transferencia en el dispositivo analítico–? ¿Cómo tomar posición y abordar las presentaciones actuales ligadas a los desarreglos del goce y las dificultades para saber apañárselas con el cuerpo que se tiene?
Pensar la transferencia como un vínculo irónico que hace existir al Otro para remitir allí el objeto –advertidos de que se establece en nombre del semblante–21 puede permitirnos estar a la altura de los tiempos que corren.
Sin embargo, así como el recorrido de un análisis lleva hacia la caída de la ilusión del Otro, que puede derivar en el saldo cínico del final, el psicoanálisis no pierde de vista que el éxito de la operación psicoterapéutica que se produzca preservando la consistencia del Otro, tiene como costo una peor posición para el sujeto.
Por ello, el título de las Jornadas nos pone también en conversación con el “triunfo de la religión” y con el discurso de la ciencia.

Exit – o Podemos hacer del éxito una declinación hacia exit, salidas de los análisis, salidas del Edipo, salida entendida como un modo de vérselas con lo que se dificulta. Conclusiones y arreglos; finales y modificaciones. En ese sentido, la o es una conjunción disyuntiva que indica la alternancia entre opciones en sus tres posibilidades, exclusiva, abierta o equivalente.

Entonces… Pongamos nuestro título en crisis a partir de la puntuación:
¿Cómo tiene éxito el psicoanálisis?
¡Cómo tiene éxito el psicoanálisis!
…como tiene éxito el psicoanálisis…
¿Cómo? ¿Tiene éxito el psicoanálisis?

Podría haber más combinatorias, serán las que cada uno encuentre y le sirvan de estímulo a la producción en estas nuevas Jornadas Anuales de la EOL. Porque este año nos conviene ponernos joyceanos para abordar el trabajo alrededor de un título tan provocador.
Así de múltiples y distintas serán las vías que se abran al acceder a él en el recorrido de los dos días de encuentro. Porque no solemos hablar de éxito en el psicoanálisis, al menos no sin hablar inmediatamente de fracaso. Eso nos habita desde el inicio, desde Freud.
Al decir de Beckett, “Intentalo otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor”.22 En la vereda de los que triunfan al fracasar, buscamos un fracasar más satisfactorio pero nunca el éxito, a sabiendas de que “no es precisamente lo que queríamos”.23
Anclados en una práctica sin valor, sin utilidad directa, en una práctica alejada de los imperativos exitistas de la época, vamos a tomar este título, Cómo tiene éxito el psicoanálisis, inclusive como una interpretación.
Invitamos en estas 32 Jornadas a retorcerlo, limarlo, exprimirlo, poetizarlo, ironizar con él, en definitiva, a usarlo. Con el desafío que requiere incluir lo ajeno en lo propio y para poner al trabajo todo aquello que resuene para cada quien.
La suerte dirá si él sigue preñado del porvenir que está en manos de aquellos que he formado.24

Notas

 1 Freud, S., “La interpretación de los sueños”, Obras completas, Tomo IV, Buenos Aires, Amorrortu, 1987, p. 127.

2 Lacan, J., El Seminario, libro 2, El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica, Buenos Aires, Amorrortu, 1986, p. 239

3 Lacan, J., “La tercera”, En los confines del seminario, Buenos Aires, Amorrortu, 2022, p. 118.

4 Lacan, J., “Discurso de Roma”. Otros escritos, Buenos Aires, Amorrortu, 2012, p. 164

5 Lacan, J., “El psicoanálisis. Razón de un fracaso”, Otros escritos, Buenos Aires, Amorrortu, 2012, p. 364.

6 Beckett, S., Disjecta, España, Arena, 2009.

7 Lacan, J., “La tercera”, op. cit., pp. 120-121.

8 Lacan figura en una historieta de la revista L ́Écho del Savanes Nº 30.

9 Lacan, J., “Hacia un significante nuevo”, Revista Lacaniana de Psicoanálisis, número 27, Buenos Aires, Grama, 2019 p. 17.

10 Freud, S., “Presentación autobiográfica” (1925) , Obras Completas, Vol. XX, Buenos Aires, Amorrortu, 1985, p. 40.

11 Freud, S., “Sobre la dinámica de la transferencia” (1912), op. cit., Vol. XII, p. 99.ç

12 Freud, S., 28° conferencia “La terapia analítica”, Conferencias de introducción al psicoanálisis, op. cit., Vol, XVII, p. 414.

13 Freud, S., “Análisis terminable e interminable” (1937), op. cit., Vol. XXIII, pp. 236-242.

14 El seminario, libro 13, “El objeto del psicoanálisis”, clase del 23 de febrero de 1966 (inédito)

15 Miller, J.-A., Piezas sueltas. Los cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller, Buenos Aires, Paidós, 2013, p. 56.

16 Lacan, J., Seminario 21 , “Los no incautos yerran”, clase del 11/6/1974, inédito

17 Miller, J.-A., La experiencia de lo real. Los cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller (1998), Buenos Aires, Paidós, 2003, pp. 107-108

18 Es el juego de palabras que permite el título del Seminario 24 de Lacan “L’insu qui sait de l’une-bevue s’aile á mourrek”, inédito.

19 Lacan, J., “El atolondradicho”, Otros escritos, op. cit., p.499

20 Lacan, J., “La tercera”, op. cit., p. 143.

21 Miller, J.-A., “Ironía”, Revista digital Consecuencias 7, noviembre 2011 [en línea], en www.revconsecuencias.com.ar/ediciones/007/template.php?file=arts/alcances/Ironia.html

22 Beckett, S., Rumbo a peor, Buenos Aires, Lumen, 2001.

23 Lacan, J., El Seminario, libro 3, La psicosis, Buenos Aires, Paidós, 2006, p. 120.

24 Lacan, J., “La equivocación del sujeto supuesto saber”, Otros escritos, op. cit., 2012, p. 359.

Ejes temáticos

TRANSFERENCIA
• El tiempo de la transferencia en la práctica virtual, en las instituciones y en la urgencia subjetiva.
• La dificultad en la instalación de la transferencia
• Transferencia negativa y Reacción terapéutica negativa.
• Neurosis de transferencia
• Estabilizaciones de la psicosis en transferencia

INTERPRETACIÓN
• Éxito y fracaso de la interpretación
• La función del corte en la sesión analítica
• Reducción del sentido por el equívoco
• Aciertos y yerros en perturbar la defensa
• Éxitos y fracasos en diferentes dispositivos de atención

SÍNTOMA
• El síntoma en el análisis con niños
• Consecuencias de la resolución rápida de los síntomas
• Suplencia y sinthome
• El síntoma y su relación con el inconsciente
• Efectos de la constitución del síntoma en análisis
• El horizonte de la pulsión de muerte
• Fracasos y tropiezos en el psicoanálisis con niños y adolescentes
• Cómo el síntoma hoy

INCONSCIENTE
• Fracaso del inconsciente y saber hacer con el síntoma
• Los desabonados del inconsciente
• El inconsciente al final del análisis
• Las formaciones del inconsciente: del desecho al éxito
• Inconsciente, cuerpo y sinthome

FUROR CURANDIS
• La resolución curativa en psicoanálisis
• Deseo de curar versus deseo del analista
• La sugestión en la cura analítica

LÍMITES DEL ÉXITO ANALÍTICO
•Las resistencias freudianas: complemento real del inconsciente
• La dimensión del trauma
• La intensidad pulsional
• La desmezcla pulsional
• La rigidez narcisista

EXIT(O)
• ¿Hay éxito a la salida del análisis?
• Inconsciente y síntoma al final del análisis

ESCUELA
• Cómo la Escuela hoy
• Trabajo de transferencia y transferencia de trabajo
• Incidencias del control en el éxito de un análisis

Directoras

Celeste Viñal 
Silvia Chichilnitzky

Cartel epistémico

Blanca Sánchez, Lisa Erbin, Nieves Soria y Esteban Stringa
más-uno: Silvia Pino

Programa de actividades